Hacer y conservar amigos requiere buenas dosis de esfuerzo. Hay que ajustar la agenda para pasar tiempo con ellos, recordar fechas de cumpleaños, ser detallista y tener en la memoria una buena cantidad de información. Además, probablemente cultivar amistades sea un arte donde la empatía y la generosidad son claves. Dado que nuestra capacidad de poner en práctica estas cosas es limitada, tanto los sociólogos como el sentido común indican que solo podemos tener un número limitado de muy buenos amigos, de colegas o incluso de conocidos.